Este pasado fin de semana, del 25 y 26 de marzo, asistí al curso de formación de Misevi que con el título “La pedagogía misionera de Jesús: el cómo de la evangelización” impartido por Teo Nieto, cura diocesano, de pueblo, como a él le gusta presentarse.
Un título provocativo, sugerente, que me animaba con espíritu receptivo a reflexionar y a ahondar en la opción misionera personal, y también en la de Misevi, partiendo de los modos pedagógicos de Jesús, el rabino, el maestro.
Una pedagogía de la esperanza que se interesa por la persona frente a una pedagogía del miedo que se empeña en mantener estructuras.
Una pedagogía inclusiva y transgresora que nos pide valentía para no callar ante las injusticias.
Desde una lectura orante del Camino de Emaús, Teo nos fue introduciendo en una mirada hacia un maestro que escucha, que contrasta y que propone.
Un maestro que escucha a Dios, a sí mismo, a la realidad, desde el corazón.
Un maestro que confronta desde la provocación a las personas, en un tú a tú, desde la provocación a las masas y a las estructuras. Invitación a reflexionar sobre cómo realizo esa triple mirada desde mi compromiso personal. Y, desde Misevi ¿qué pretendemos con la misión? ¿construir Reino o construir estructura? Preguntas que se lanzan y que propician un rico diálogo abierto entre los/as asistentes.
Provocación para seguir desactivando paradigmas: la esperanza contra la indefensión aprendida, el paradigma neoliberal, la desactivación, el paradigma inmediatista que no respeta tiempos.
Un maestro proactivo que propone la utopia del reino como una utopía de sentido, que nos regala las Bienaventuranzas como programa de acción para dar sentido a la vida, para seguir haciendo reino, Un maestro que nos propone pensar, releer la ley desde la misericordia, tener pensamiento crítico.
El maestro Jesús nos propone degustar la dimensión mística del Reino, buscar la transformación social, desentrañar quiénes somos y ponernos al servicio de los demás, en especial de los/las más vulnerables.
Recuperar esperanza, capacidades personales y asociativas, querernos, valorarnos. Buscar espacios de descanso, oasis de disfrute, de reflexión.
Teo nos invitó a releer nuestro documento rector “Vida en Misión” en clave de descubrir en el mismo cuál es la pedagogía de Misevi, en qué nos reafirma el maestro, en qué nos contrasta y qué nos propone. Sin duda, un interesante y necesario trabajo que los/as asistentes pensamos que Misevi puede realizar procurando espacios de reflexión para ello, que nos ayuden a preguntarnos y respondernos sobre cuáles son nuestros compromisos personales, institucionales., que nos sitúe de una forma más proactiva en la sociedad
Personalmente he vivido como regalo este fin de semana. Me ha posibilitado tener ese oasis de reflexión, de ahondamiento en mi compromiso, en mi vocación misionera. Y desde este poso agradable que me ha dejado lo reflexionado, lo redescubierto, me anima a tener esperanza porque Misevi seguimos siendo necesarios/as, porque somos semillas de Reino, porque tenemos aún mucho que descubrir y ofrecer.
David Sanz Remacha
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