- 12 vídeos ponen nombres y caras a la realidad de Sacaba, en Bolivia, donde los misioneros laicos de Misevi España desarrollan varios proyectos de sanidad, educación y promoción humana.
- El primero de los vídeos ha sido presentado por Sor Lucía Caram.
- Israel Peralta, presidente de Misevi España, asegura que “son muchos los misioneros, laicos y religiosos, y los cooperantes españoles que están trabajando por un mundo más digno”.
03-05-2017_ María es la madre de Miguel, un niño boliviano de 16 años con discapacidad. La educación especial en Bolivia debe hacer frente a muchos retos; el principal es que muchos de esos niños son encerrados en casa por sus propias familias para evitar los prejuicios de una sociedad que piensa que han sido víctimas de la brujería. María trabaja lavando ropa mientras su hijo Miguel acude al centro “Sigamos”, uno de los proyectos iniciados por la ONG Misevi en Sabaca, en el que aprende a leer, escribir, y realizar tareas domésticas para ayudar a su madre. Es una de las 12 historias que ponen caras y nombres a la realidad de Bolivia y que hoy da a conocer la ONGD de misioneros laicos Misevi en su campaña Altura de Vidas.
La campaña habla de historias humanas, historias reales, historias protagonizadas por personas anónimas que son algunos de los muchos ejemplos de una realidad, la de Sacaba, en Bolivia. Habla de vidas. Y de proyectos desarrollados conjuntamente por los españoles de la ONG Misevi España y el pueblo sacabeño en distintas áreas de intervención: infancia, educación, promoción de la mujer, salud, pastoral social, centros penitenciarios y personas con discapacidad.
Este primer vídeo da a conocer la historia de María y Miguel y la labor desarrollada en el centro Sigamos, un proyecto de atención especializada a niños con discapacidad iniciado en el año 2005. La realidad en Sacaba, Bolivia, se caracteriza por la exclusión, la falta de interés y voluntad política, la inexistencia de servicios de salud adecuados, de propuestas de educación especial y la negativa de la sociedad y de la propia familia a aceptar a los niños con discapacidad. En este centro de día los niños reciben atención personalizada según su diagnóstico. Todos ellos provienen de familias del área rural con bajos recursos y en situación de riesgo social a las que el centro asesora y acompaña en el proceso de rehabilitación de sus hijos. Israel Peralta, presidente de Misevi España, asegura que: “son muchos los misioneros, laicos y religiosos, y los cooperantes españoles que están trabajando por un mundo más digno. Dar visibilidad a su día a día nos ayuda a recordar en España que, precisamente, la dignidad, no entiende de lugar de origen, ni de raza, sexo u oportunidades. La dignidad sólo entiende de igualdad”.
Los vídeos que se publicarán mensualmente serán presentados por personas conocidas públicamente en nuestro país. El primero de ellos ha sido difundido por Sor Lucía Caram, quien asegura que “lo importante es lograr que nuestra infancia pueda crecer y construir para que entre todos hagamos un mundo más humano”. En la campaña han colaborado además el mago zamorano Paco González y la agencia Argonautas Creativos, y ha sido patrocinada por la agencia de viajes Exoticca.
Sobre Misevi y el centro Sigamos:
Misevi es una ONGD para el desarrollo con carácter no lucrativo que trabaja por la promoción humana y espiritual de las personas y lucha contra la pobreza comprometiéndose activamente en contextos de exclusión social desde la dinámica de Cambio Sistémico. Misevi España trabaja actualmente en Honduras, Bolivia y Angola en distintos proyectos de salud, educación e intervención social comunitaria. www.misevi.es
En el centro Sigamos trabajan actualmente seis profesionales: cuatro profesoras, una psicóloga, una pedagoga, y una fisioterapeuta (esta última también se desplaza a las viviendas de los menores que no pueden acudir al centro para recibir tratamiento). El centro atiende a chicos y chicas de entre uno y dieciocho años en cuatro aulas diferenciadas en función de su grado de autonomía, su edad y los recursos que precisan. Fundamentalmente se trabaja en cuatro líneas de acción: educación, higiene, alimentación y seguimiento y apoyo familiar.
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