Angola se hizo realidad el pasado 11 de Marzo, fiesta de la canonización de Santa Luisa, Misevi España, inicia una nueva andadura en misión compartida con las Hijas de la Caridad de la Provincia de San Vicente, en Lobito.
La presencia de Misevi España en África continúa, apostando de nuevo por la presencia del laicado misionero en medio de un pueblo necesitado. Pretendemos que nuestro trabajo promueva la dignidad del pueblo angolano y sigua siendo un elemento transformador en medio de la pobreza e injusticia.
Angola es uno de los países más pobres del continente, en esta realidad las Hijas de la Caridad llevan trabajando en Lobito desde hace ya dos décadas, su labor fundamental es educativa, con una escuela primaria y sanitaria, con un dispensario y un hogar de ancianos. Misevi España se ofreció para complementar esta maravillosa labor y aportar, desde el laicado, nuevas tareas de servicio al pueblo angoleño.
El equipo de misioneras que iniciarán la andadura es una mezcla perfecta entre la experiencia y juventud. Virginia Alfaro, con 25 años de experiencia en la misión en Honduras y Mozambique y Guillermina Manchado, 18 años entre los dos mismos países, se complementa con la juventud de Cristina Aranguren que ha pasado su primer año como misionera en la misión de Mozambique. Ellas pueden realizar una labor muy importante en la educación informal, la comunicación social, caritas, la promoción…Las tareas concretas se irán perfilando tras un periodo de adaptación e inculturación. La reflexión, el discernimiento, el dialogo con las hermanas, con el Obispo, el párroco, las voces del pueblo,… serán iluminadores en este proceso que iniciamos con mucha ilusión.
La misión compartida que vertebra este proyecto es un plus añadido para nuestra misión en Lobito. La toma de decisiones consensuada, el reparto de tareas, la corresponsabilidad pastoral y la complementariedad de carismas será un sueño y un reto. Sin duda una gran oportunidad para que la misión vicenciana crezca en beneficio de los pobres.
Para Misevi, como asociación, supone una gran riqueza el poder contar con una misión en tierras africanas, creemos que es necesario y profético. El continente negro sigue a la cola del mundo en aspectos básicos como la alimentación, la sanidad o la educación y la presencia de nuestras misioneras es la apuesta por la dignidad de un continente que sigue maltrecho. Pondremos todas las energías en desarrollar una labor que ayude a transformar la realidad, contribuyendo desde la dinámica del cambio sistémico.
Nuestros desafíos, por lo tanto, es hacer de la misión compartida uno de los pilares de nuestra acción, ser testigos en tierras necesitadas de aliento profético, insertarnos en la realidad para trabajar desde y con el pueblo y ayudar a visibilizar e transformar los problemas de nuestros hermanos angoleños.
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