Israel Peralta es el actual presidente de Misevi España, él mismo se define como una persona con muchas dimensiones. Entre ellas destaca la de padre, marido, profesor, nadador y misionero. Además se siente como una persona privilegiada por pertenecer a nuestra asociación y por haber podido vivir la experiencia de ser misionero ad-gentes en Mozambique, y ahora poder seguir siéndolo desde nuestro país.
- Se antoja complicado no conocer a Israel Peralta, pero ¿podrías contarnos quién es el actual presidente de MISEVI?
Soy una persona con muchas dimensiones, como todo el mundo. Y me siento privilegiado en todas ellas porque en todas disfruto, aprendo y me he sentido acariciado por Dios.
Soy misionero de Misevi, en este momento en España, trabajando por la misión desde el Equipo Coordinador.
Soy marido y padre en una familia con muchas virtudes y muchas cosas que mejorar.
Soy profesor de Geografía e Historia en un colegio de Hijas de la Caridad, donde disfruto de una de mis grandes pasiones: la educación.
También soy nadador, me encanta nadar en aguas abiertas, lector, viajero…y alguien con muchos defectos, que le encantaría ser más comprometido con los desfavorecidos, pero que no encuentra la formula ni el tiempo…Supongo que soy alguien en constante cambio, pero que en general le encanta vivir y soñar.
- ¿Podrías definir MISEVI en sólo tres palabras? Y no puedes utilizar MISIONEROS SEGLARES VICENCIANOS.
Pasión, dignidad y comunidad
- ¿Cómo articula MISEVI España ser ONGD y Asociación Misionera al mismo tiempo?
Fácilmente porque son dos dimensiones de nuestra naturaleza. En realidad ser una asociación misionera engloba el concepto ONGD. El misionero mira la realidad, carga con ella y se encarga de transformarla, eso requiere un compromiso de por vida, para que la realidad cambie en beneficio de los más vulnerables. La etiqueta de Organización No Gubernamental para el Desarrollo es fácilmente aplicable a esta acción misionera.
- Si tuvieras que hablarle a alguien que conoce la asociación, ¿cuáles son las fortalezas de MISEVI?
La primera fortaleza es las las personas que conforman Misevi: las misioneras y misioneros, gente «normal» que han hecho de sus vidas algo extraordinario. Vidas llenas de renuncias en pos de la dignidad de los más vulnerables. Un capital humano incalculable, un tesoro que sobrepasa la misma asociación.
Aunque suene paradójico otra de sus fortalezas es su debilidad: somos una organización de pequeñas dimensiones, donde todos somos voluntarios y con recursos limitados. Eso nos hace ser creativos, audaces y no pensar en los límites. Estamos en permanente estado de ilusión. Siempre creciendo.
Otra fortaleza es nuestra naturaleza, una asociación misionera solamente de laicos, somos rara avis en la Iglesia, que apostamos por el valor del laico y su capacidad para liderar procesos.
- Misevi es una ONGD relativamente joven, pero ¿cuáles son los desafíos más urgentes con los que se enfrenta actualmente?
En este momento necesitamos más personas dispuestas a vivir la misión ad-gentes por largos periodos de tiempo. Nuestra presencia en los países más empobrecidos requiere del compromiso a largo plazo de personas, dos años en adelante. Este tipo de compromisos son difíciles de conseguir.
- ¿Y cuáles serían los caminos para afrontar estos desafíos?
Son varios.
Primero: darnos a conocer en todos los ámbitos posibles, porque existen personas que están dispuestas a este compromiso pero no conocen ninguna organización que les pueda ayudar.
Segundo: acompañando las personas que llegan a nosotros con la intención de ser misioneros, para que puedan descubrir cuales son sus capacidades y su posible compromiso, sin que les paralice el miedo o las inseguridades. En ese sentido es fácil encontrar gente que quiere una experiencia puntual de unos meses, pero eso no soluciona nada, las realidades en las que trabajamos necesitan de compromisos más estables.
Tercero: rezando para que Dios siga llamando a muchas personas a la misión.
- Por último, en tu vida personal, como profesor, como padre, como misionero, ¿qué te ha aportado y que te aporta MISEVI?
Puff…son tantas cosas. Desde pequeño quise ser misionero, emocionado por los testimonios que escuchaba. Misevi me posibilitó serlo, me formó, me acompaño…me convertí en adulto en Mozambique, lo que acabó de configurare como persona.
A día de hoy Misevi es mi forma de estar en la Iglesia, mi «apellido» como cristiano. Me ha posibilitado hacer las relaciones personales más auténticas que tengo junto con las de mi familia y amigos cercanos. Soy profesor por causa de la misión, quería ser útil y ser maestro sería la primera opción, también vivo mi profesión como una misión , algo en lo que Misevi me ayuda muchísimo. Mis hijas nacieron cuando ya era presidente de Misevi, están bebiendo esta forma de vida desde el incio, espero que cale en ellas la preocupación por los débiles y la búsqueda de la justicia sea un parámetro cuando sean mayores, esto es algo que no busco de forma consciente, pero supongo que conseguirán por aprendizaje vicario….jajajaja.
En resumidas cuentas ser misionero de Misevi es una forma de vida que me que da sentido a todo lo que hago. Me siento un privilegiado.
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