Inma Jiménez, estudiante de Trabajo Social que ha hecho las prácticas de la carrera en nuestra comunidad en Angola, nos cuenta su experiencia:
Durante mi estancia en Lobito (Angola) he pasado la mayor parte del tiempo en el centro de promoción femenina, concretamente en las clases de alfabetización y en las charlas y cursos que se realizaban para potenciar su empoderamiento y mejorar su calidad de vida. He tenido la oportunidad de conocer a unas mujeres estupendas que me han enseñado que nunca es tarde para aprender, nunca es tarde para hacer aquello que deseas. De las alumnas de alfabetización me llevo su generosidad, su humildad, su acogida, su cariño, su alegría y gratitud, su fuerza de superación, y también su manera de confiar en Dios en todo momento.
Admiro sus ganas de vivir a pesar de estar pasando por situaciones difíciles tocadas por las enfermedades y el machismo en algunos casos. Ellas viven la vida de verdad, con una alegría envidiable, demostrando que la vida vale la pena a pesar de todas las dificultades.
Es muy enriquecedor ver a las mamás de alfabetización que van mejorando día a día con el esfuerzo que ponen y el tiempo que le dedican, el cual podrían estar dedicándolo a vender en la plaza y ganar un dinero que realmente les vendría muy bien. Sin embargo quieren acudir a las clases y cursos, para poder crecer como personas, aumentar sus conocimientos, empoderarse y tratar de modificar aquellas cosas que en su vida no están bien y que está en sus manos cambiarlas.
También tuve la oportunidad de acudir al grupo de Alcohólicos Anónimos, donde vi que superar la adicción al alcohol es un camino difícil y muchas veces largo, pero no es imposible. Superar esta adición es posible y el reflejo de ello son algunas de las personas del grupo que ya llevan mucho tiempo sin beber, y son ejemplo a seguir para los otros miembros del grupo. Me gustaría destacar de este grupo, la oración que se leía al finalizar las sesiones donde pedían “Serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, valor para cambiar las que sí podemos y sabiduría para discernir la diferencia.”
En el aspecto profesional realizar mis prácticas de carrera allí me ha llevado a conocer una cultura nueva, la cual cosa me ha hecho ser más tolerante, tratando de empatizar y comprender las maneras de pensar y actuar. Me ha dado la posibilidad de generar nuevos conocimientos, y habilidades a la hora de trabajar con personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social, y motivación para esforzarme cada día más por un mundo justo, igualitario y solidario donde se trate de promover la dignidad humana
En cuanto a la vida espiritual en Angola, ha sido para mí súper enriquecedor participar en las misas, donde bailan y cantan y lo viven como una verdadera fiesta. También la vida en comunidad, el hecho de rezar laudes todas las mañanas y hacer una oración semanal me ha hecho crecer en la fe.
Me siento muy afortunada de haber podido vivir esta experiencia, lo que he recibido es mucho más de lo poco que yo haya podido dar. Solo puedo dar gracias a Dios y a Misevi por darme esta oportunidad.
Animo a la gente que tenga la inquietud de realizar una experiencia como esta a que deje sus miedos a un lado porque es algo que te sirve para toda la vida y que sin duda vale la pena.
Queremos agradecerle su trabajo, entrega y dedicación en todo este tiempo. ¡Gracias!.
Comentarios recientes