Begoña de Castro: «Cualquier persona que se acerque con la intención de ser voluntario encontrará en Misevi un grupo con conocimientos y experiencia para afrontar y gestionar el desafío planteado»

Begoña de Castro es misionera de Misevi. Esposa de misionero y madre de dos niñas, actualmente vive en Zamora. Trabajó en la misión Ad Gentes durante varios años en Mozambique. Sigue pensando qu ,junto con sus hijas, estar en Mozambique es lo mejor que ha hecho en la vida.

  • Begoña, cuentas con muchos años a tus espaldas como voluntaria en España y fuera de nuestras fronteras. ¿Cómo, dónde y por qué decides gratuitamente dar tu tiempo como voluntaria en una ONGD como Misevi

Mi proceso no fue sencillo… crecí escuchando y creyendo en frases tipo «solamente con nuestras manos no podemos cambiar el mundo, pero para cambiar el mundo tenemos nuestras manos”. Desde muy joven pensaba que el mundo, tal y como está, rebosaba de injusticias y sentía la necesidad en primera persona de hacer algo por transformarlo, “formar parte de la solución y no del problema”. Tenía claro que mi vida tenía que servir para algo más que para las expectativas que la sociedad esperaba de mí. Esta inquietud me mantuvo en una constante búsqueda y un profundo desasosiego durante mucho tiempo. Al llegar a Mozambique como misionera tuve la certeza de estar en el lugar donde tenía que Estar. Sólo allí, sólo entonces, encontré la paz interior que buscaba.
A día de hoy continúo en Misevi porque confío en seguir formando parte de la solución, estar aquí es mi contribución al cambio… pero sobre todo por compartir mi vida con personas que sueñan y que luchan, y que se dejan la vida por un mundo más justo. Misevi está lleno de personas gigantes, y en mi pequeñez me siento privilegiada de formar parte de ello.

  • Sería interesante saber qué diferencias existen entre voluntario, cooperante y misionero, y ¿por qué no son excluyentes?

La gran diferencia es la motivación. En el caso del misionero es la Fe y el fin último es trasmitir los valores del Evangelio, valores que empiezan por la justicia social, por eso en el terreno muchas veces se hacen labores similares a las de un cooperante. Estos llevan a cabo proyectos de desarrollo, mientras que el misionero además de estos proyectos trabaja por el desarrollo integral de la persona. Otra gran diferencia es la retribución, los cooperantes suelen ser personas contratadas y nuestros misioneros hacen su labor de forma voluntaria, por eso ser misionero aglutina el voluntariado y la cooperación.

¿Qué aporta, desde tu propia experiencia, un voluntario al entorno en el que realiza su trabajo?

Depende mucho del tiempo y el lugar donde se involucren. Los voluntariado de corta duración aportan mucha vitalidad, alegría, riqueza y dinamismo al trabajo que se está realizando en ese lugar, pero a nivel estructural y hablando de cambio sistémico, hay que ser muy prudentes con el trabajo que se realiza con los más desfavorecidos, estoy pensando sobre todo en voluntariados realizados en países con cultura y tradiciones diferentes a las nuestras. Ser conocedor de esa cultura requiere mucho tiempo y esfuerzo, y los voluntariados a los que nos referimos no tienen la oportunidad de poder conocer a fondo la sociedad ni la realidad de pobreza que pretenden transformar con su trabajo. Por eso es muy importante ser muy respetuoso con las realidades que te encuentres y tratar de darte tiempo para entender los porqués de las cosas.

Por eso es vital, desde mi punto de vista, que existan voluntarios dispuestos a estar en un mismo lugar, largos periodos de tiempo, porque es la forma trabajar respetando y comprendiendo la cultura en la que estás, y es la vía para ayudar de manera efectiva, equivocándote lo menos posible y acompañando los procesos de crecimiento y desarrollo personal integral de las personas con las que trabajas.

  • Ahora te hacemos la pregunta al revés. ¿Qué le aporta al voluntario la realidad en la que se involucra?

Para el voluntario que se adentra en estas realidades es una riqueza en todos los niveles. Salimos de nuestra zona de confort con ganas de cambiar el mundo, de salvar personas, de arreglar cosas….y cuando regresamos a casa después de un tiempo y revisamos lo que ha supuesto en nuestra vida, nos damos cuenta que lo que tú has ofrecido es muy poco comparado con lo que te ha aportado.

Cuando te desprendes de tus egoísmos, de tus comodidades, de tus miserias humanas y te das a los demás, redescubres el significado de compartir, de la escucha, del acompañamiento, de la cercanía, de la empatía, de la compresión, de aprender, de Estar, de Vivir, de Amar. Sientes que la vida no se te escapa entre los dedos, por el contrario la vives con una intensidad que te sorprende, que te interroga, que hace que revises todos tus planteamientos vitales…
Lo vivido en ese periodo de tiempo supera las expectativas de cualquiera, nunca deja indiferente, en mayor o menor medida implica una trasformación interna que hace que veas el mundo de otra manera. Imagina que tu mente fuera el engranaje de un reloj, es como si alguien metiera una tuerca nueva en él. No importa el tamaño de esa tuerca, de cualquier forma ha provocado que ese engranaje gire de una manera distinta. Es un crecimiento personal por la riqueza de la experiencia y la intensidad de lo vivido.

  • Sabemos que además de buenas intenciones, el voluntario debe contar con formación, ética, profesionalismo… para hacer el bien con calidad, de manera efectiva y eficaz. ¿Cómo trabaja Misevi este desafío?

Personalmente me encanta como Misevi afronta estos retos. Hay que ser consciente que los que formamos esta asociación somos misioneros. La mayoría hemos vivido en primera persona en países desfavorecidos y nos hemos encontrado con la realidad de la pobreza cara a cara. Desde esta experiencia vital, y desde nuestra trayectoria de más de 25 años en misión, somos conocedores de cómo se debe trabajar para hacer el bien con calidad, para acompañar procesos humanos, para favorecer el desarrollo de zonas deprimidas por la pobreza… creo que cualquier persona que se acerque a nosotros con la intención de ser voluntario y de trabajar por los demás encontrará en Misevi un grupo humano con conocimientos y experiencia de alto nivel para afrontar y gestionar el desafío planteado.

  • Y por último, para aquellos que no conocen Misevi, descríbenos ¿cómo y dónde pueden encontrarnos aquellas personas que tengan el deseo de hacer un voluntariado fuera o dentro de España?Somos una organización que facilita que laicos misioneros puedan desarrollar su vocación misionera, desde el carácter laical de la asociación. Creemos en las vocaciones laicales y apostamos por e l crecimiento, la formación y el acompañamiento de las mismas, y confiamos en el protagonismo del laico en la realidad de la iglesia actual.

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