Mi nombre es Silvia, durante casi 13 años viví la Misión Ad Extra en Mozambique y Guinea Ecuatorial. Previamente compartí experiencias breves en Honduras, Puerto Rico y Bolivia. En la actualidad vivo la Misión en mi trabajo, en mi Colegio Diocesano San Roque en Alcoy. Ahí, en mi familia, amigos, en todo lo que hago, vivo y comparto está y siempre estará la Misión.
Desde mi regreso a España en el 2011 inicié un nuevo capítulo vital, en él ha jugado una importancia enorme la Comunidad de personas con las que compartí Misión durante muchos años: Mary, Dinis, Chelo, Vivi, Juan Carlos, Chus, Lucía, Conchi, Cinta, Emilio, Mónica, Bakarne, Jorge, Auxi…
Sin la Red de Chelo, Mary y Dinis, Vivi y Juan Carlos que me abrieron su casa, literalmente, no habría conseguido realizar la transición de Ad extra a Ad intra como fue viniendo. Mi reciclaje, inserción en mundo laboral, todo.
Ese tiempo fue y sigue siendo de constante crecimiento. Ese camino complicado me ha llevado a, hoy por hoy, en este tiempo de pandemia a ver y experimentar la Misión de una manera diferente.
Durante los últimos años he crecido mucho a todos los niveles, parte de este crecimiento y madurez han venido de las formación en Inteligencia Emocional, Valores, Coaching… En las mismas, Dios ha colocado a personas con las que he compartido y comparto Misión. Siendo de diferentes creencias eso ha llevado también a Crecer en apertura y sensibilidad. Todos estos factores han conducido a que, este tiempo de pandemia pueda vivirlo como una oportunidad y un desafío.
Fácil no es, resulta complicado el comprender qué es esto, por qué ha venido, cómo será el futuro… Aun así, en este mes misionero de octubre, se abre la oportunidad de compartir en todos mis ámbitos de Vida la Misión. En el Colegio a través de la Pastoral, ya que me encargo junto con otras personas de la Etapa de Primaria. También en mi testimonio de Vida y colaborando en lo que puedo con la Misión que me hizo crecer de manera exponencial, la de Nacuxa. Y con el Padre Eugenio que se sigue dejando la piel por allí. También donde pueda dar una mano…
Para terminar dejo aquí, teniendo presente el lema del Domund, Aquí estoy envíame. Como siempre y para siempre.
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