Durante los días 23 y 24 de marzo de 2019 celebramos en Salamanca nuestro encuentro de formación misionera, una convocatoria abierta por un lado a las personas que van a ser enviadas en verano y por el otro a todos los que nos interesaba conocer más a fondo la Doctrina Social de la Iglesia. Comparte su experiencia Adrián Pérez:
El pasado fin de semana pudimos disfrutar de una nueva fase de formación, de encuentro, de oración comunitaria, de reflexión, de compartir… Todos éramos convocados por Misevi a tener la segunda fase de formación presencial en lo que los Misevis dicen “su casa” “su hogar” la casa de espiritualidad de los Paules en Santa Marta (Salamanca).
Yo como miembro de JMV me he dejado llevar, así como en la fase de noviembre y no me salen más que palabras de agradecimiento por la buena acogida, lo bien que me he encontrado, me he sentido un Misevi más; y no lo descarto como mi vía de desembocadura. Comenzábamos el sábado por la mañana orando, dando gracias ante el Dios que es quien nos convoca y pidiéndole fuerzas para que el fin de semana estuviera cargado de buenos momentos; seguidamente Teo Nieto nos seguía deslumbrando con su sabiduría. Durante todo el día abordamos el tema de la Globalización: como nos afecta, como afecta a la sociedad y como misioneros de Misevi por tanto tenemos que manejar en favor de los más pobres. Todo esto de una manera muy amena, participativa, llena de debates y momentos de compartir.
A última hora de la tarde, Marisol nos metió el gusanillo de lo que al día siguientes se iba a llamar la parte vivencial, a través de la danza, el movimiento y unos testimonios escritos pudimos reflexionar sobre cómo está la mujer en el mundo, el papel que ocupa en algunos lugares y relacionándolo con lo que Teo Nieto nos había dicho “como la globalización afecta a la mujer”
Nos encomendamos al jefe al final del día y yo le pedía que diera fuerza para hacer su voluntad, que me llenara de energía para luchar contra tanta injusticia…y a través de esta frase me di cuenta de que ya estaba actuando…” las luces de van viendo a medida que se camina”. Terminábamos el día compartiendo productos típicos de las tierras de origen de donde veníamos.
Agradezco a Misevi la acogida, la oportunidad de formarme y de poder compartir mi fe, me he sentido como “en casa” ya podéis ir contando conmigo para el curso que viene…
Por último, le pido a Dios que ilumine a los misioneros que este verano irán a evangelizar a los pueblos, para que sean ejemplo de vida al más puro estilo de San Vicente de Paul, que, desde la sencillez y la humildad, lleven luz a cada pequeño rincón y que esa luz se haga llama viva de la Palabra de Dios en la Tierra.
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