Desde nuestra Misión en Angola nos escriben estas lineas para finalizar el año y hacernos participes de la vida comunitaria:
El canto, la danza, son expresión tan validas y consistentes como la propia palabra. Decir gracias, agradecer solo de voz, no tiene sentido, casi no tiene fuerza…
Agradecer desde el corazón, se manifiesta con la alegría del canto, de la danza, al ritmo de las palabras que expresan en conjunto el agradecimiento. Twapandula, ¡estamos agradecidos!
Esta es la expresión de esta comunidad, situada en la salina de Cabaia, uno de los barrios de Lobito, donde desde Misevi desarrollamos iniciativas de intervención comunitaria para el desarrollo integral de la comunidad.La vida de esta comunidad, A Ilha, que en español significa La Isla, se sitúa en una salina: sol, tierra, agua y tras mucho esfuerzo, mucho trabajo… ¡montañas de sal!. Sal, fruto de la tierra, del agua y del trabajo de mujeres que luchan cada día para sostener a sus familias, para cuidar de sus hijos. Omõla Wasandjuka acompaña y anima este proceso, niños que crecen sanos, felices, alegres… saben contar y cantar, saben los colores y las formas, saben saludar y despedirse. Y lo más importante: tienen su registro civil y eso les abre paso como ciudadanos de este hermoso país que les vio nacer, Angola.
Fin de año, fin de curso y una gran fiesta : Recibir un diploma que certifica que este año lo hicimos bien. Y las mamás agradecen a Dios y a Misevi porque juntos ha sido posible llegar hasta aquí.
¡Olupandu Ku Suku!, ¡Gracias a Dios!
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